jueves, 31 de diciembre de 2009

Dia nuevo

Anochece en la tierra y los hombres no cesan de celebrar.
Si supieran que el día nuevo fue hace tanto, y que el viejo, no ha cesado de llegar...

sábado, 26 de diciembre de 2009

Belén

...la marea sube cual trágica noticia de huracán....

y todos los vivientes de la noche, tardan en recordar su vejez....

dos días lejanos a la ausencia, para volar sobre el mar lírico de una canción....

canción, que me relata tus ojos, y el brillo de tu boca al sonreír

viernes, 18 de diciembre de 2009

Mujer incierta

Dotado de especial belleza y lírica

Un poema vierte la planicie de sus ojos

En el pecho de la difusa mujer, incierta


Y cruza tantos posibles senderos

Elevando el verbo hasta las barbas

De un Dios benigno, ocre y púrpura


Plausible y tímido, el poema canta

Armonías sublimes, y sabias confesiones

Del olor y la lluvia en algún beso


Mujer difusa esclarecida, sonroja sus mejillas

Aquel poema visto, leído y elevado por ella

Le grita leve, un enloquecido dolor,

...del nunca tocarla

...del siempre tenerla

Charcos

Despierto atardecido y edén

Figurando en los mapas de la calle

Charcos y espejos útiles también para olvidar


Para no abrir los ojos, la poca luz

Susurra en mi alma, divagues de alevosía

Sorprendida también, por la desesperanza de mi voz


Y el horizonte a lo lejos, circundante de la ceguera

Dibuja retazos de caminos y posibles recuerdos

Para engañarme en el viaje, y despertar perdido


Para beber de aquel frío, donde olvidé esperar

Y resucitar ajeno, también en tu reflejo

Cuando la noche se aparta y nace otro igual que yo

Partida

Salí a la mañana de un día tenue

Moribundo busqué un lugar para reposar

Alcancé la calle y un árbol desnudo

Destrozado por la lluvia en el verano que olvidé



Y dormí cuatro noches y dos días y unas horas

Antes de iniciar el rito de partir

Y conjurar pinceles de trazos aguados y letras

Del cuadro aquel abandonado en la esquina de mi afán


Parecía llover cuando a la tarde

La luz escaseaba, desconcertada

Y el brillo de otro ojo también mío

Fluctuaba entre la pena y la nostalgia


Entonces retrasados los vagones de la ausencia

Arribaron en el tren frente al ocaso

Y no era lluvia, lo que mojaba, lo que tañía

Era mi espera, era silencio, para jamás regresar

Título

Títulos y nombres frágiles olvidos

Festejos yertos dimitir y atajar

Bautizo a las historias y sentencias, otras

Título vacío en címbalos volando

El nombre de tu rostro, ajeno a mi paladar

Dos números ochos

Dos números ochos silentes rastrean nuevos mundos
Parejos caminan inertes sobre el césped de lluvia
Verán morir las naciones y solos enjugarán un vaho melódico
Para jurar el regreso de tu alma en el edén de la nada

viernes, 13 de noviembre de 2009

Volar

Volar es el elogio a la locura

Todo

El todo es la infinita circularidad de la nada

Nada

La nada es el todo ausente de sentido.

Final

El final es una pausa en la intersección de dos caminos.

Morir

Morir es el inicio de otra vida sin reloj ni café.

Música

Música es la orgía de sonidos infinitos con orgasmos silentes.

Escribir

Escribir es deshacer los hombres y el mundo, para dibujarlos con comas y puntos.

Soledad

Soledad es tener que insultarse a sí mismo

martes, 3 de noviembre de 2009

Antes del suceso

Ostras elegantes juran suicidarse

Trapos luminosos vierten los ventanales

Cálido, sórdido espero

Rudimentarios lapsus sabatinos

Hasta alcanzar el péndulo de aquél vaivén

Donde tus pechos mecen mis deseos

miércoles, 28 de octubre de 2009

Melodía

Saltos abruptos, azules diestros sin almas

Nubes ajenas, violetas sin prisa bostezan

Melodías, agitando sus alas sordas mueren

En el vacío cuadro de algún recuerdo

Abuela

La anciana toma el teléfono en sus manos (está al revés)

Pasa el tiempo inventando números y nombres

Esperando una voz que reconozca su inexistencia

Luego, duerme escuchando la ausencia de su propia alma.

Estudio No 2

No sé realmente qué quieres decir con esa mirada.

Nunca lo supe... por eso me voy.

Estoy seguro que nunca lo explicarás.

Ni tú misma lo sabes.

Escape

Ninguna voz cantó el placer donde vistieron las lágrimas tus ojos.
Quizá, habían huido lejos; conmigo... cuando fuiste a buscar tu corazón.

Tempo

Ocho días han pasado, desde que, el cielo bajó y las estrellas murieron.
Unas horas han pasado, desde que, tu nombre olvidó mi apellido cambiante.
Ni un segundo a transcurrido, desde que, el viento cesó los gritos de mi recuerdo.

Ocho días, unas horas, ni un segundo.

Será difícil vivir el tiempo, con tantas horas recordándote.

sábado, 24 de octubre de 2009

Sed

Besarnos hasta agotar el oxígeno del agua de nuestros cuerpos
o morir en el desierto de la incertidumbre del silencio.

Gérmenes

Flores en las plazoletas de los ríos

Aguijones de miel de abejas en los floreros

Aguas estancadas en los trenes de pétalos

Lagos en los lienzos de tu cuerpo aún dormido


Tibios regazos de aquél viento arborizado

En hojas Newtonianas que vuelan sin alas

Despiertas en los brazos de un poema

Dibujado con la lluvia que descansa en el suelo


Y soy germen de trigo, o del viento citadino

Para verte inmensa, eterna en los lirios de mis versos

Y planear sobre-vuelos en los muslos de tu cuerpo

Y dormir en fragancias inhabitables

En la lista, de los montes de tu pecho


Y, retumban mudas a lo lejos

Las caricias de mis labios

Los susurros de mis dedos


Sueño la vuelta a tu cuerpo en 80 días

Y hacer epifanías nocturnas

Con los gérmenes de tus silencios

Estudio No 1

Sin letras, ni abismales tesoros urgidos

De números, plausibles, holgados hasta morir

Estudio la risa de tus labios,

Y presiento, una señal, una frase benigna

Un "quiero" enmascarado

Un "hazlo" sugerido


Ni sé cuál arquitecto diseñó tu boca

Ni tampoco, el tiempo de cocción de tu voz

He perdido, las cifras binarias

Del estadista de tu ojo izquierdo

Ya sólo creo haber pedido un espacio

Para firmas en tu espalda, o en tu cuello


Lucha entonces mi mente con las ansias del deseo

Y razones como armas, son victorias prudentes

Y guardo silencio

Y miro fijamente tu sonrisa

Ficcionando quizá,

Una confesión en tu boca

Que me permita, terminar mi investigación

En un experimento, mientras cierras tus ojos

Y yo descubro en la escala de Richter,

El sismo de los ruidos de un beso

Sábado

Si tuviese un golpe de suerte, del puño de algún extraño, que me visita en la calle, a lo largo de una plaza circular, y me sentase a conversar con él, y agradecerle el disparo, porque sus manos olvidadizas, me llenaron de secretos y nuevas formas de ver, la ausencia de tu pelo en mi memoria matutina.

Y llegaste, llegaste como suele llegar la primavera, los días sábado a mi casa en la noche, con un destello de luz en sus zapatos, y tiernas menciones de futuras e inciertas palabras, impregnadas de la forma de tus senos, y las voces de tus ojos al mirarme.

Entristece el hombre sin la fuerza de estos párpados, nauseabundos, rodeados de calles sin luces, y puentes sin espacios de sombra... entristece, cuando en sábado los potentes músculos de mi oreja, no resuelven entender tu voz silente, ahuecada, en los rizos de un cabello que el viento te ha robado.

Cualesquiera razones de frutas oxidadas en vitrinas de tela negra, cualesquiera excusas inertes, temblorosas o alejadas; es sábado la hora que escoges para decirme, en otras lenguas distintas a las de mis ancestros, que sólo recuerdas mis besos, cuando el placer de otro hombre se ha ido.

Anoche

Velos exordios grutas estoicas

Saltos usuales rastros sarcásticos

Vuelos pendientes a suerte han venido

Labios, ojos, dientes

Mordidos truncados mi boca adquiere


Vientos pintados felices entonan

Corceles ahumados ligeros, tus ropas

Alpiste, trigo, hierba seca

Placeres en pieles untadas con cera


Murmullo alegre realiza proezas

Los ritos de verte, desnuda belleza

Fugaces miradas penetran la hoguera

Es nuestro camino, que alumbra tormentas

El último hombre vivo

Bien se ha dicho durante el olvido de mis días en la tierra, que los muertos no han cesado de llorar, acariciando imágenes posibles, en televisores destruidos por la poca luz que existe aún en este lugar. Camino entonces, gritando ecos de lamento y nostalgia, cuando piso los futuros nombres del dolor, y me convierto en otro ser, que vuela hasta la cima de la montaña de basura, donde el último hombre que vive, me espera taciturno, y clama llegar al paraíso, después de mi visita.

lunes, 19 de octubre de 2009

Tiranía

Alaska no se ha mudado de mí

La tarde llega siempre puntual

La mujer vieja no ha muerto

Dios no espera regresar


Nadie a osado hablar

Nadie figura en la lista de espera

Nadie ríe a la sombra de otro

Nadie vive

Ni siquiera tú


Las migajas todavía caen al suelo

Los dineros aún son invisibles

Las palabras siempre tan vacías

Las imágenes, fantasías etéreas


Tiranía

Tiranía

Tiranía


Saber que regresas

y esperas que mi amor por ti siga intacto

Pizarras

Cenizas gloriosas yertas arcadias

Jinetes plausibles viriles ahogados

Torres narcisas fluctuantes caídas

Osos presentes ciegos sin patas


Ninguna Pizarra llama tu nombre

Cenizas, jinetes, torres y osos

Esperan

Suicidas tortuosos gritones ansían

Ser humanos para morir pensandote

Un amor viví

Quisiera decir que hoy es una tarde lluviosa, y que aquél frío bajo cero, otorga planicies de recuerdos y algunos islotes de hielo, para morir congelado sin recordarte cada vez que intento dormitar.

Yo, a veces -cuando Dios se aleja de los hombres por su propio llanto y descubre otros soles en los ojos de un bebé- me siento a pensar cuando camino y avanzo lento hasta detenerme, para concluir que no reconozco este sitio, porque haces falta tú, quién suple todo el espacio vacío de la inmensidad o la nada.

Un amor... un amor en tono de gitanos, y zapateos de nostalgia.

Un amor, en un día como este, tan soleado... lleno de esplendor por doquier y ausente de la lluvia que a cántaros invade mi alma en silencio...

Un amor lejano, frente de mí... inalcanzable.

Un amor, que camina dándome la espalda, hasta dejarme morir en el calor de verano,
y la hipotermia de nuestro fin.

martes, 13 de octubre de 2009

Poema

Quizá nadie ha escuchado de mis letras esta confesión,
lo cuál me alienta en tono frágil para sonreírte al oído
y agradecer la belleza que me has entregado
mientras recorrías el camino de mi mente a mis dedos
de mi ausencia hasta el reflejo de mi espejo

No sé si llamarte con mi nombre, o inventarme uno de Mujer
Y deleitar mi voz al pronunciarte, las finas cuerdas de una viola
en los trozos de un lector, que evoca sus frustrados sueños
y los revive al pensar en ti, al leerte, y amarte con sus ojos
para llevarte hasta su alma, y encarcelarte en un infinito dormitar

Tu morada es incierta cuando temeroso te elevo en mi voz
y alguien desconocido te encuentra milagrosamente y pare su fe
y da a luz bellos hijos, sensaciones instantáneas, permanentes al evocar
trazos rectos de colores y ella... ella, que siempre está

Poema, febrilmente agradezco cuando callas
y te conviertes en sus labios, su pelo, el olor de su cuello
para dictarme desde lo lejos, las primicias cubiertas
del único poema que a mi voz le es familiar; tú

Cenizas al aire

Puedes esperar más tiempo, del que ha planeado tu espera
y divagar por los etéreos y frágiles escalones de la in-certeza
añorando apretujar con los dedos del vaivén llamado destino;
si sólo no eres consciente de la prisa del tiempo, y la urgencia de llegar

De repente, en la clara in-certeza que asemeja una luz de bombilla
todo se posa en la imagen de una hoguera sin fuego, motilada por la lluvia
Oyendo letras carbonizadas por las inocentes ideas de volar
Ausentarse de aquella superficie, que nos hace hombres inertes

Huyo, y sigo sin alejarme
Me alejo, y sigo sin moverme
Me muevo, y sigo sin saber a donde me dirijo
Huyo, y estático espero cenizas al aire

Así que pateo, de repente las carbonizadas letras llenas de ansias
porque se guardan en cajones burdos las acciones del próximo disparo
y huyo, de la mira que me apunta con mis propios ojos,
huyo del disparo ingenuo que está trazado en algún poema sin firmar

Huyo, y sigo sin alejarme
Me alejo, y sigo sin moverme
Me muevo, y sigo sin saber donde me dirijo
Huyo, y estático espero cenizas al aire

Y en medio del bullicio de mis propios silencios
un estallido fuerte compone una frazada de lamento
y me atraviesa la frente pintando la calle con un río de sangre
como voces que se aglomeran en la hoguera extinta, carbonizada

Y un fuego desaparecido, agoniza en la in-certeza de otro que espera
y un soplo del viento humedecido, lo bendice en una paupérrima chispa
que se retrata con algún miedo oculto, de la espera que no llega
del otro, que tiene mis ojos, y me apunta sin titubear

...y huyo, y sigo sin alejarme
Me alejo, y sigo sin moverme
Me muevo, y sigo sin saber donde me dirijo
Huyo, y estático espero cenizas al aire

Callan todos los que esperan, en un desconcierto eterno
y el disparo vacía mi humanidad hasta hacerla un fuego viejo
y mi alma vuela libre, con las ansias que se nublan a la noche
y me ves, tú, en aquellas cenizas sin color
como si fuese parte del viento, de algo que nunca existió

viernes, 2 de octubre de 2009

Epifanía

Los poetas, en su gran mayoría piensan que los versos, manifiestan las inquietudes de su alma. Los que negamos ser poetas y aceptamos la nostalgia de unas letras que no son mías, ni de ellos, tampoco vuestras; pensamos que los versos son exhalaciones de un dolor que metamorfosea en otro reflejo, no del alma, sino del espíritu abatido.

Y escriben ellos. Y escribimos nosotros. Y nadie cambia. Y el mundo sigue siendo el mismo. Y la muerte es muerte. Y la vida, un misterio eterno.

Y leen ellos. Y leemos nosotros. Y nadie cambia. Y el mundo sigue siendo el mismo.
Y la muerte es muerte. Y la vida, unas letras más.

Y el poeta desnudo, al lado del que niega ser poeta, también expuesto, como en un cuadro pictórico; descubre en una mente entenebrecida -que nombre de poeta nunca llegará a tener- que la muerte en aquellas letras es vida, y que la vida (en unas letras más) bajo el misterio eterno; se hace evidente ante sus ojos, y su alma y su espíritu logran cantar, como si llegara la muerte, un himno de epifanía a los dioses de aquellos poetas que sólo escriben, sin pretender algo más.

Quietud.

¿Alguna vez se mencionó en el tumulto de las voces del universo;
las asesinadas, las exaltadas, o las normales que habitan las calles de la vida a blanco y negro, si hay una respuesta a la pregunta de otro fénix que también murió en las brasas de cenizas de volcanes con nombres de niños y mamás?

Alguien, osado en sus pensamientos, los expulsó para indicar la respuesta a ésta pregunta que atormenta la eternidad en un infierno pasivo y estático, acaso también invisible que nadie parece verlo llegar.

Y soy yo el primero en experimentar, la dura nausea de la responsabilidad frente al camino a oscuras en tinieblas, lleno de tropiezos y ajenos, urgidos y déspotas olvidos de la felicidad.

Qué debo hacer si he transcurrido tantos kilómetros en busca de una difusa certeza, confusa razón, y al sobrevivir, de repente unas luces gigantescas prenden los focos con tanto odio, que la luz atraviesa mis pupilas y las enceguece por varios minutos.

Recupero la conciencia, y me sumergo en la duda incesante de la desición:
El es final del camino. ¿Giro a la derecha en línea recta? o ¿viro a la izquierda en línea recta? O regreso por la oscura niebla, la cual estuvo a punto de arrebatar mi espíritu. O tal vez, dar un paso más y caer al abismo.

Y lloro, como un bebé sin nacer, acuchillado por un instrumento quirúrgico, lloro de lamento, y de ansiedad, cae la noche, y tendré que decidir.

Una lágrima cae al abismo, y no escucho su fondo, ni su fin.
Entonces me decido. Prefiero lanzarme y nunca caer, a quedarme muerto, estático, por la ira de la confusión.

Y temo, y soy cobarde.

¿Hay alguien ahí?

¿Alguien dueño de alguna voz?

Alguien que por piedad, sólo imprima una pequeña fuerza en mi espalda, y me salve de esta profundad quietud.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Dos dulces locos amargos

¿Cómo pueden acaso las nubes acariciarse hasta llorar lágrimas en el invierno?
Y luego llamarme en las madrugadas de insomnio con guitarras progresivas, que poseen la armonía de tus gustos, y se sientan a tu lado en una tarde fría, mientras lees, y tomas un mate amargo, caliente, como las voces de nuestros ansiosos deseos de tocarnos..., vernos incluso a lo lejos, en otra calle diferente a la misma que olvidamos en las letras de ficción, en otro tiempo, también de invierno triste... enmascarado en colores ajenos de los trazos de cualquier pintor, o posibles paisajes en otoños cercanos a las sonrisas que tus labios proveen, mientras tus dedos revuelven otro mate, igual de amargo a los dulces locos que lo beben.

¿Cómo se logra en un silencio acaecido construir escalones de privilegios íntimos, para volver del naufragio sumergido por las lágrimas de aquellas nubes en el invierno?
Y luego, bifurcar los caminos de la hoguera circular, en fragmentos de odas, y actos continuos, de mensajes flotantes, casi extraños, invisibles, que tus ojos han dibujado con intocables razones para solamente callar, y sonreír al brindar, con dos tazas de mate, en aquella habitación triangular, donde tu y yo, dos dulces locos amargos, evocan sus miradas, hasta fundirse en un sólo respirar.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Momento Eterno

Cómo sería nuestra próxima conversación
si vivieras cerca de mi casa
y te invitara café
para quizá, enamorarme de tu voz
o de tus letras que suenan en eco
cuando a la tarde lees para mí

No acabo de construir en mi cabeza
los risos de tu pelo pintados por el viento
en las calles de Buenos Aires
armonizadas por músicas de jazz
y destellos de sonrisas en tus labios

Y comento de Barthes o Benjamin Walter
y te leo en tus sueños los poemas de mis tiempos
los tiempos diferentes, en usos horarios
geográficas y climáticas distantes
y el puente son los sueños de vernos algún día

Entonces maquino y programo el encuentro
Machu Pichu espera nuestros brazos
fundidos en un abrazo primerizo de desconocimiento
para palparnos en la realidad, los cuerpos que tiempo atrás
forjamos en pequeños retazos elocuentes de intertextualidades
y gritos espontáneos de emociones en recuerdos vívidos

Y escribo un poema a la madrugada un día en septiembre
Extasiado de aquella mágica presencia
de tu voz en mis auriculares taciturnos
y levanto mis manos al cielo, casi en imploración
pidiendo que los dioses confabulen con el tiempo
y logren concebir nuestro encuentro fortuito
en un próximo verano, a la voz del cielo suspirando
por dos almas que logran verse a lo lejos
y soñar en un momento eterno

lunes, 21 de septiembre de 2009

Parpadear

Hay un momento del día cuando dejo de parpadear
y mis pupilas enfocan algún elemento natural
en el espacio citadino frente a mi ventana
y guardo silencio, y la ciudad escucha

Entonces sonrío vagamente al sentir la paz
que me provee pensar en tu nombre nunca mencionado
y tu sonrisa que ilumina en pequeños reflejos
la certeza de mi espera, en nuestro encuentro

Y son tus manos en mi espalda, acariciándome
miro la imagen de tu rostro, tras el velo inocente
de mis fantasías en aquella tarde cuando dejo de parpadear
y te evoco sin saber si existes, o si verdaderamente llegarás

Y me convenzo con aciertos de olores en los risos de tu pelo
y eres real en ese instante, en otra ciudad, otro planeta quizá
y parpadeo un par de veces, como queriendo olvidar tu imagen
o enfocar bien con mis pupilas, los elementos naturales de ésta calle

Y es allí, luego de unos segundos magistrales,
que sales por la ventana de tu cuarto como si alguien te llamara
y me sonríes mientras corres la cortina blanca,
también iluminada por tu sonrisa, y construyendo el velo
que me aparta de la ficción tan alejada de ti
la ficción propia en las ventanas no de mi edificio
de mi propio ser temeroso y lleno de ansias

Las ansias de volar tras tus sonrisas
y concebir las dos mujeres en mi vida:
tú, la mujer frente a la ventana de mi habitación
y tú, la mujer frente a la ventana de mi ficción

Entonces, no sé a cual hablarle
si acaso una es real,
y la otra inventada
son las dos parte de una sola
de un estado incontrolable de amorío

Y definitivamente no podré engañarlas
o me decido por ti, o por ella,
o me olvido que existes y que te escucho sonreír

Así como olvidé que no puedo ver
y que las únicas palabras ciertas
son las que dejo de pronunciar
y se enclaustran en sonidos de tu respiración
con el rose de tu ventana y la cortina rimbombante

Entonces, en ese momento dejo de parpadear
como esperando volver a ver la luz
como si tuviera esperanza y grandeza
como un ciego sonriendo sin expresión
sólo escuchando el mundo a su rededor

Imaginando quizá, un encuentro
un amor real, que pueda unir sus labios
al momento de exhalar su voz
y yo la vea, la vea tras las ventanas,
y lo viva, lo viva sin tener que parpadear

sábado, 19 de septiembre de 2009

Memoria en blanco

Dentro de las acciones de la rutina, hay un espacio junto al tiempo, cuando se revela en mis ojos, la terminación de un ciclo, de un viaje. Y aunque logro olvidarme con distracciones pasajeras, es inevitable no sentarme a los pies de mi cama, y escurrirme hasta el piso para reflexionar en aquel tiempo que se detiene, y me habla, como si fuese una voz intermitente, para contarme que todo terminó, y que debo continuar.

Y es allí precisamente cuando la nostalgia invade mis ojos, y sin entender el por qué, lloran estos de tal manera, que se hace público mi desconocimiento de un futuro próximo; a pesar que en la habitación no hay nadie más que mi cuerpo tendido sobre el piso, y el tiempo con su voz intermitente que susurra sueños inexistentes en un presente que también se extingue. Y son públicas mis lágrimas, cuando siento que la espesa sensación de soledad, ha dejado en mí memoria los ojos parpadear de aquellos seres que un día atrás, caminaron en este ciclo, junto a mí en este viaje. Y termina.

Pero no es miedo lo que siento. Es un estado de cansancio repuesto. De domingo en la tarde, cuando todo es pausa y las luces difuminadas se encienden, en un cielo que aún mantiene tres colores: un rojizo-naranja, en la mitad de un azul claro y un negro delicado, prudente. Entonces descubro lo que ocurre en mi cabeza. Entiendo las razones de mi nostalgia, ansiedad, y espera solitaria. Y suspiro tirado, tumbado a los pies de mi cama, y las músicas en violines a lo lejos, acompañadas de guitarras suaves y tranquilas, secan mis lágrimas que ya no son públicas, y tomo aire con los pulmones llenos de recuerdos, y se alejan cada uno de ellos, se alejan porque el ciclo se extingue, y la luz de lo pasado se agota, hasta dejar de existir.

Y mi memoria en blanco. Sin voces, sonidos, olores, o rostros en el recuerdo. Y mis pulmones vírgenes de aires mundanos, exhalados por otros seres que me esperan en otro tiempo-espacio, y los veo esperarme en la estación de trenes, para iniciar otro viaje, otro ciclo, uno que quizá termine en nostalgia, en una tarde de domingo, con un cielo de tres colores, y el desconocimiento de mis ojos, al ver mi propio rostro en el espejo, y no recordar quién soy, o si alguna vez fui.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Olvido; un espacio después de la ira.

Camino por estrechas calles siguiendo el rastro de tu olor
como un sabueso militante de tropas urbanas en Berlín.
Yo olfateo las huellas de tus promesas en el asfalto de mi esperanza,
al tanto que huyes desesperada de mi saliva que aún tiene
pequeños retazos de la piel de tus labios.

Los códigos encriptados de la luz de aquel espía de los tres ojos; verde, naranja, y rojo, me anuncian que pasaste por allí en otro tiempo, en otro espacio; y que ibas escapando de un delfín; quizá parte de mi alma fugitiva que sigue la ruta de tu soledad enmudecida, maquillada por las voces de los jueces de tus remordimientos.

Y la lista de reproches, de injurias, alegatos, manifiestos, insultos, y otras sandeces, se forja en mi cerebro cual sonata extraviada de Chopin o los versos en desorden de León de Greiff, con música como rehén y secuestradores amordazados también, en un silencio prolongado que aguarda la explosión de la ira.

Y me elevo como si las hélices de un colibrí mutaran con los dedos de mis pies y mis cabellos. Vuelo. Entonces la ciudad se hace más noble. Y la veo desnuda en un plano general. Sus pechos son tan tiernos, que quisiera abandonarme en sus playas, acariciarlos; y se sonroja, porque sabe que la observo, tras los lentes voyeristas de tu figura, la figura de tu nombre que tatué en mis pupilas, aquella tarde de agosto cuando te extravié.

Cuando dejo de respirar por un breve instante de tiempo en las nubes de un cielo sin nubes ni estrellas, sólo salas de espera, y un baño de color ocre-cian; te escucho correr a lo lejos, te escucho zapatear. Y al cerrar mis ojos de instantáneo mi cuerpo desvanece su ciencia, y se sume en la vana idea subjetiva de un suspiro o arte, que llaman ahora los Posmodernistas en los museos de Milán. Y voy tras de ti. Y te sigo. Y te persigo. Y te persigo. Y grito.

Los ecos que llegan a ti del grito prisionero en mi garganta, son en gotas de agua azuleja que produce un ruidazo de chapoteos, como si fuese una víctima ahogándose en un silencioso mar. Y es tu respiración la que me canta, en vocales cerradas los miedos de verme, de encontrarte con mis ojos profundos y ansiosos de venganza, por aquel dolor que me causaste cuando creí en tu repentino amor.

Detrás de ti, mi furia surge por las grietas de mis pestañas, que forzo en mantener cerradas, porque no quiero verte con aquella luz tan humana, tan carnal, no quiero que un sólo gramo de luminosidad de mis recuerdos en tu rostro, te exhiban públicamente, y sean primera página en los periódicos; no quiero que todos conozcan la vil mentirosa que has sabido ser, lo cobarde, al tener que huir, y esconderte en las cuencas de los charcos del pavimento recién operado con sólido desdén.

Y es en ese preciso, y cuerdo, y organizado momento, cuando a punto de restregar con mis ansias de esquizofrenia pos-engaño, yo, me detenga, con tanta resignación y vislumbre en tus ojos, un miedo profundo a mi luz; esa luz que estalla tus pupilas y te exhibe en pleno temor, casi en paro cardiaco, como si vieras en mí los mismos errores de tu pasado y quisieras destruirlos con escupitajos de incredulidad, al negarle a tu razón que fuiste capaz de actuar así.

Y lloras desconsolada, caída, tumbada en las planicies de aquellos transeúntes espías, que lerdamente siguen su camino y te dejan inadvertida en aquel mar de silencios, dónde el único chapoteo ruidoso, es el tuyo, en llanto amargo, y dolor ahogado en la congoja de tus recuerdos.

Entonces me olvido de la ira. Me olvido completamente de la existencia de los hombres, de la naturaleza, me olvido incluso que he llegado volando hasta aquí. Y la cremallera de mi pecho se abre, dejando el cuero de la ira arrugado en aquella calle.
Y sin saber quién, qué, o cómo soy; me tumbo en el suelo y chapoteo a tu ritmo en aquel mar de silencios, para comunicarme contigo, como si me fuese necesaria tu voz, o quizá, mejor, las respuestas tuyas de las negaciones pasadas, en un lenguaje de chapoteos, y no en la ausencia de tu rostro, ni en la fuga de tu pasado que tiene mi nombre esculpido en las plantas de sus pies; un lenguaje simple, definido quizá en pocas letras, que salen de tu boca como un vomito atragantado, obligado a esperar:

-No soy quién crees..., no estoy preparada,... déjame sola, necesito pensar.

martes, 15 de septiembre de 2009

Ausencia enmudecida

Sosegadas como bálsamo, aquellas palabras en las hojas de un árbol muerto;
moribundo a la entrada del invierno en las pupilas de mis párpados pestañeando tu lejanía mal enfocada, tu ausencia proyectada en la luz de aquel camino que mis ojos ocultan tras la cortina de su despertar.

Volando sin ser agua, ni hielo, desfigurada su esencia sólido-gaseosa, viaja en aviones invisibles o pintados de ocre; la palabra plausible concebida en los partos de mujeres mudas, amadas en los trenes de Auschwitz, en el reflejo de aquel grito estruendoso de mis brazos rodeando tu cuerpo inexistente ya, que había escapado mucho tiempo atrás, a los bosques de otro invierno, donde quizá, el sol que para nosotros murió, tenga una iglesia y esté resucitado en la fe de un niño contemplando un milagro primoroso, en los labios de sus padres. Y aquel hijo, con mis ojos, y los rasgos de otros nombres, te recuerden que yo existo, y poseo con vergüenza, las palabras de tu ausencia, la razón de tus sonidos impronunciables al hablar.

Y dirás si el precio de mi cercanía forjó en ti los silencios de tu alma cuando contemples la belleza de lo Eterno, y el traductor ágil de tu corazón estallando de espera se detenga para indagar a los vecinos de su granja, las letras, las vocales y los acentos que deberían existir en una exclamación de asombro, o placer, o simplemente ingenuidad; pero será insuficiente la ayuda de aquellos vecinos en la granja. Será insuficiente el indagar predominante en ese dócil corazón. Será inútil, porque tus palabras siguen morando tu ausencia, habitando el vecindario de los vientos en invierno frente a mi casa color cian.

Y no te culpo, y no soy dueño de ellas. Han decidido quedarse y recordar la incomparable felicidad, de ser pronunciadas por tu boca, y re-encontrarse con sus hermosos amores (almas gemelas) en el eco de mis silencios, donde se aman con pasión y dan a luz los hijos en música de primavera, por el calor de nuestros cuerpos encendidos de innombrable erotismo, en aquel horroroso frío dentro de la casa color cian.

No me niego que vengas a recogerlas. Tampoco me niego a dejarte ir, en caso tal que me mires de nuevo a los ojos del espíritu, y una de esas palabras tenga un orgasmo con su alma gemela; y aquel hijo que tiene mis ojos y los rasgos de otros nombres, tenga el valor y privilegio de ser hermano. No me niego a escucharte cuando duermo.
No me niego tampoco a esperarte hasta mañana al medio día.

Sólo me niego a pensar que es un invento mío, y que también tus palabras se han ido, con la forma de tu rostro en la sombra de la noche, el olor de tu espacio recién abandonado, y los matices de tu voz a las afueras de otro invierno.

Si la ausencia tuya no me ha dejado al menos un par de palabras; he de aceptar que ya no te conozco, que me he olvidado de ti.

domingo, 13 de septiembre de 2009

La casa color cian

¿Por qué negarme a recordarte sonreír?

¿Acaso es una acción malévola que vivas en mis evocaciones
y te acaricie con las pestañas del recuerdo que se intenta olvidar?

¿Podría aquel que amó, con las incesantes palabras de peligro en las promesas y aventuras futuras como ensoñaciones medievales, acusar a las imágenes que me reiteran tus ojos tras un largo beso en aquellas tardes sin sol ni viento, en la playa atrás de la casa color cian?

O los amantes descubiertos que se alejaron...

Los que perdieron la llama de su pasión y lograron la sobriedad vana de la rutina

¿Esos amantes me pedirán en cartas anónimas que abandone la idea de verte sonreír en los vidrios de mi ventana y buscar la luz que provee el reflejo, esa luz de tus ojos que anda perdida en mis entrañas, en el sabor de tus besos, aquellas tardes sin sol ni viento, frente a la casa color cian?

O quizá los cielos enfurecidos una madrugada de invierno, agolpando con las uñas de su enojo; destruya las tejas del techo de mi morada y me obligue a salir de aquella casa color cian, dónde pacté con certeza y razón mi amor por tu voz, el espacio entre tus senos, las líneas abajo de tus párpados, las hendiduras de tu oreja izquierda, y la forma instintiva de mirarme velozmente, cuando iniciaba una lectura de Rimbaud...

He descubierto muy tarde; las razones y las formas en las que aún, sigues viva en mi odio añejo disecado en la galería de mi cerebro; y la extrañes de tus caricias se mantiene en los vellos de mi tacto.

Ni siquiera así me lamento, ni entristezco.
Mis ojos presencian la muerte de la casa color cian, luego de prender fuego a las voces de tu alma en los objetos que la decoraban, unos tuyos, otros míos, otros del pecado marital que vivimos en las noches de placer a la orilla de la playa...
en ésta, esa...
Nuestra casa color cian

Y me pregunto si sonreirías, al verme en ésta imagen absurda, enloquecida, paranoica, esquizofrénica, casi lúcida en dolor, y al borde de un ataque de pasión y deseo...

Mientras contemplo con satisfacción el holocausto de nuestro acaecido hogar
y las partículas de carbón vuelan con las brazas algunos metros más allá del cielo raso de tu lejanía, en la que fue tuya, mía, nuestra casa color cian; soy expuesto al descubrimiento de la única verdad en mencionada historia:

No son las lágrimas de mi cuerpo
No es el fuego ajeno de un fósforo estático
No es la ceniza, ni la playa
Nunca fue la casa, ni tus voces en los objetos
Es el amor que aún muerto, recorre como un fantasma
las calles de mi pasado, y las ansias futuras
en negaciones presentes…
Negaciones a vivir acciones desenfrenadas
Y extrañarlas a la noche, contemplando las cenizas
de un fuego que solamente fue, es, y será interno

miércoles, 9 de septiembre de 2009

A ti, Alfarero

A ti, Alfarero
Que mantienes la imagen de las estrellas
en el firmamento de la tierra
cuando se ha ido cada una
hace millones de años

A ti, Alfarero
Que logras unir un esperma
con un óvulo fecundo
en las profundidades de un cuerpo
y formas un ser vivo; perfecto

A ti, Alfarero
Que destruyes las vasijas viejas
con el pasado y las culpas duraderas
hasta lograr una masa fina
y darle forma a un nuevo Hombre

A ti, Alfarero
Que bautizas con tus dones
los amantes de tu obra
en los bosques vírgenes
de las tierras olvidadas

A ti, Alfarero
Que trazas los caminos de los ríos
hasta el mar de tus lamentos
de las tristezas de tus dichos
causadas por el hombre Inteligente

A ti, Alfarero
Que vislumbras junto al río
la criatura y el cántaro
recoger el agua de tu fuente
en el paraíso del espíritu

A ti, Alfarero
Y a los que han vuelto a nacer
con otro nombre quizá

Mis únicas palabras
En ésta noche del mes del jazz:

Shalom Shalom

que vuestros ojos
aunque estén ciegos
no cesen nunca
de ver más allá

lunes, 7 de septiembre de 2009

Los teléfonos del Universo

Son llamadas gástricas hurgando mis ojos
corriendo en saltos hasta mi boca
al tanto otros gritan de saciedad
el dolor de la poesía en estos versos

Levanto auriculares hasta el cielo
y traspasan las sombras de la muerte envejecida
preguntan esas voces por el recuerdo del principio
de la vida antes del dolor del silencio

Son mujeres ajenas tejiendo amoríos costosos
Niños bastardos jugando a escondites eternos
Son hombres castrados buscando a los presos
de la vida en el universo que se extingue lerdo

Los teléfonos del Universo no suenan
Las oficinas de los planetas han caducado
El eco de lamento del Eterno
espera impaciente que algún muerto
quizá un sobreviviente
Hable al otro lado de la línea
y quiebre la nefasta idea concebida
de un mundo sin humanos
sin voces en el Universo

sábado, 5 de septiembre de 2009

Contradicción

Soy una contradicción
y niego cuando lo reconozco
al ver mis actos lejos de mis pensamientos

Soy una contradicción sarcástica
poseída por un vaivén orgásmico
de confusiones y misterios

Soy una contradicción
y no quiero serlo

Quiero olvidar mis ancestros
o amordazarlos en mi cerebro
y alejar sus voces de mis miedos

Soy una contradicción
y no sé si deje de serlo
no aprendí otra cosa de los tiempos
más allá de proferir poesía
de olvidarme de los dichos de los muertos

Soy una contradicción
y no sé quién soy frente al espejo
un desconocido gritando en los versos
de un poema incierto
falto de coherencia
moribundo en la incertidumbre
de mis respuestas en silencios

Soy una contradicción
y no sé lo que quiero

No sé si vivir de los recuerdos
o volver a tus brazos
y morir de dolor en tu rechazo

Porque soy una contradicción
y soy tu espejo

Yo también te necesito
Pero me niego a expresarlo
a que descubras
los mil deseos de besarte
y mi negación
a la imagen de tu rostro sonreír
cada mañana en mi agónico despertar

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Nadie cree en lo Eterno

Salí a buscar amada en las plazas de París
mis oídos puestos en las armonías de Strauss
caminando estático en los bolsillos de mi gabán
encontré mujeres vírgenes en amor y
prostitutas de historias miles
viviendo su pasado extremo en las llagas de su piel

Salí a buscar y no encontré
Lo superfluo agotó en las tiendas
la venta de ensoñación marital amanecida
y las rancias tardes asintiendo
de maridos pacientes llenos de canas
frente a recuerdos vívidos en las bocas de otras ancianas

Ya nadie cree en el Eterno
Los días pasan contra tiempo
y los sexos se juntan para sacar provecho
como si su sed fuese interminable
tan estrepitosa como el grito de un muerto

Salí a buscar
con la última esperanza puesta
en la idea precaria de poder amar
y sobreviví del encierro
de la horrorosa fuente del deseo

No encontré amada alguna
ni ajena
ni propia
ni siquiera referida por Cervantes

Se hace noche en la plaza de París
en los bolsillos de mi gabán el anillo
que baila las melódicas palabras de Strauss
en un círculo eterno ya extinguido
sólo en restos de una imagen mental
de aquel loco
resignado
que camina en soledad

lunes, 31 de agosto de 2009

La muerte del deseo

En las palabras de Cernuda
el deseo es una pregunta
cuya respuesta nadie sabe

En mis palabras el deseo tiene tus labios
y los cruces de tu pierna en el salón de clases

En las palabras de otros
el deseo está en tu voz
y las gafas marco oscuro que cargas

En las confesiones del mismo deseo
el deseo está en los párpados de un orgasmo
y los múltiples gritos de un salmón en desove

En las amantes, el deseo está enmarcado
en un cuadro de Cezanne
y en las ropas de Marilyn Monroe

O quizá, en las películas de Godard
y las letras de Flaubert

En todo caso
Cualquiera que sea el lugar

El deseo como dijo Cernuda
Es una pregunta que nadie responde
por lo tanto
genera incertitumbre
y se convierte en desesperación

Es desesperación entonces lo que yo siento por ti
El deseo, ya murió
Murió esperando la respuesta que nadie dio

miércoles, 26 de agosto de 2009

A la noche, cuentos de hadas

A la noche antes de dormir
Luego de verte sonreir desde el baño hasta la cama
Quiero sentarme a tu lado y besarte

Tomar mi libro de poesía
e iniciar el viaje a los más profundos
y limpios cielos de las letras

Viajar a los más intimos ombligos de la tierra
y la oscura pelvis del tiempo

Quiero contarte las ocurrencias que mi cabeza dicta
y plasmarlas en una sonrisa cuando hago una pausa
en la lectura afanada
y cambio el tono de mi voz para despertar dulzura

Quiero leerte cuentos de hadas y princesas
Para lograr ver en tus ojos la niña
Aquella niña delicada y amorosa
que sonríe y se emociona cuando el tigre
lobo o dinosaurio
quiere dañar el amor entre dos amantes
y luego ver una lágrima de tus ojos caer
que me remite a acariciar tu piel lentamente

y abandono mi lectura para sentarme a tu lado
abrazarte en mis brazos de escritor
y acompañarte en la oscura noche de cualquier día
mientras susurro inventando la historia
al ritmo de tu respiración que se desvanece
hasta lograr dormitar

Y entonces descubro en aquel cuadro mágico
que las hadas y las princesas existen
y que tú
duermes tranquila sin afán

Y a la mañana un verso en un beso
provisto por mi boca te despertará
Y se confundirá la noche de los cuentos
y el día de mi realidad

Una realidad tácita que se quiebra
al ver la luz de tus ojos
pronunciar en tono leve
!La princesa ha despertado por el beso del príncipe!
!Es hora de celebrar!

Y paso el día esperando la noche
Para leer los cuentos de nuestros secretos
de los viajes de nuestras almas que fugitivas
viven a la noche
la historia mágica de los cuentos de hadas

domingo, 23 de agosto de 2009

Negación

Me niego a compartir la vida con tus afanes
ilustrados en un póster cinematográfico
Me niego porque no te quiero
porque mi tiempo ya no es para ti en horas
acaso segundos resignados

Me niego a darte el amor de mi corazón
Me niego figurar en la lista de tus amores
Me niego a jurar frente a un altar las razones
las evidentes razones de mi locura por ti

Me niego a volar en tus sueños cada domingo
y preparar delicias en la cocina de nuestro pasado

Me niego a declararte mi amor en un poema
Me niego a escribirle una canción a tu cuerpo

Me niego rotundamente a seguir tras tus pasos
buscando las monedas del banco en quiebra
el banco de tus silencios otoñales
ahorrados en la superficie de la tierra

Me niego a volverme tuyo
Me niego a conocer tu idioma
Me niego a memorizar tu voz

Y juro entonces que me niego
A regresar a tus brazos delicados
y besar tu boca suavizada
colonizada por mis ansias
en letras y palabras doradas
como soles al anochecer

Me niego a vivir el resto de mi vida a tu lado
Y me niego a estar lejos de ti cada tercer día

Me niego a necesitarte
Me niego a traerte flores en invierno
Me niego a olvidar que ya has muerto

domingo, 9 de agosto de 2009

Interrupción

Eres tú quien interrumpe
luego de viajar por el sendero
de las ocupaciones
de los tiempos y espacios
construídos por el pasado
y yo lo oculto
o lo intento, sin lograr
lo intento sin poder

La risa, la euforia
la diversión de las gentes
me arman en un sin fin
de alucinaciones
de una vida plena

Y antes de llegar al clímax
cuando creo que tu nombre
ya no existe en mi susurro

Cuando creo que no hay vínculos
entre tu pelo y mi olfato

Cuando creo pasar minutos
sin sentir el eco de tu respiración
en mis párpados

Cuando creo que mis labios
te han olvidado
o se han acostumbrado a otros
con esfuerzo y resignación

Cuando por fin respiro
inocente sin pensar en tu partida
sin pensar en tu rostro bifurcado
en colores y tonos leves del amor

Es allí

Cuando por fin creo poder
lograr y querer olvidarte

Es allí

Apareces instantánea
en las glándulas salivales
de mi alma
y hay una interrupción
una colisión
entre mi presente
y el futuro ficticio
con el que sueño amordazado
despertar cada mañana
bajo la sábana que cubre
dos almas en un cuerpo

un cuerpo pleno
originado por mi alma
y el silencio de tu voz

viernes, 7 de agosto de 2009

A ella, en el Naufragio.

A ella, la que sólo lee
le dejo mis angustias
Cuando las pongo en las brisas de Agosto
y vuelan lúcidas en festejos de palabras

A ella, la que sólo lee
Le dejo mis sinceras fobias
Cuando las pongo en las Montañas de los Andes
y trazan los caminos de mis escapismos fantasmales

A ella, también
Le dejo mis delirios moribundos
Cuando se esconden tras las excusas de las letras
y asesinan los diálogos normales de personas simples

A ella, la que sólo lee
Le quedan mis silencios
Los enigmas sin repetición
Las furias bautizadas por olvidos
Le quedan entonces las fugaces reflexiones vanas
De una vida que se aleja y escribe ciegamente

Entregando todo lo no perteneciente
antes del naufragio colectivo
de las mentes de los hombres en la idea del futuro

A ella, éstas letras
Y las otras que vendrán
mientras la barca continúe engañada
simulando navegar

No olvidemos los blancos

Puestos a la tarde junto al río
y primeros en las filas a galope
Como fuentes de hormigas incesantes
Tus besos
Tus ojos
Tus blancos recuerdos olvidados

Pasos de tiempo en la galaxia
...ni ayer
...ni hoy
...ni luego
Exhausto miro tu recuerdo
Absorto en su viveza yo te espero
Te espero parecido a un muerto
A diferencia que respiro en intervalos
Mientras mi espera se la tragan los gusanos
Me golpeo el rostro de dolor
Con disparos y balas de otros nombres

Entonces resignado hoy suspiro
Y susurro en el oído de Mahoma
-No olvidemos los blancos…
…ella muy pronto vendrá a recogerlos-.

martes, 28 de julio de 2009

Dejo de pensar en mí

Ha dolido el esfuerzo insignificante para esos
Los de bata blanca
Ha causado furia y enojo la ausencia de la fe en esos
Los de bata blanca
Ha vaciado mi alma cuantas veces su indiferencia, esos
Los de bata blanca

...y aún así
...ésta sonrisa que veo en sus rostros
No los de esos
Los de los ángeles con nombres chistosos
Que comen dulces a toda hora y no se bañan los domingos
De angelicales miradas y sueños eternos
Carcajadas de fantasía y ensoñación victoriosa

Es la vacuna para el dolor de cabeza
La alegría extrema que me inunda cuando canto
En coro con sus voces
No las de los extraños con corbata y bata blanca
La de los zapatos viejos y camisas naranjadas
Voces inocentes de calor y hogar
Hogar sin techo que se forja en sus corazones
Y en estos abrazos tiernos que asinceran el presente

Y entonces el dolor
La indiferencia
La furia
El enojo
Se pierde en la fábula de sus cuentos
Cuando a la noche leo emocionado
Si el Patito feo ha logrado ser Cisne
Y todos miran con nervios mi respuesta
Si el Gato con botas consigue la Princesa
Y se agarran de las manos al lado de las camillas
Y Caperucita logra escapar del lobo desgraciado
Los cateteres incomodan pero a ellos solo les importa el final
Y el Principe besa a Blanca Nieves despertandola del sueño de veneno

Se sonríen
Se miran encantados
Agradecen con un choque de manos
A dormir se alejan susurrando
Apago la luz
Cierro la puerta
y entonces soy feliz

Dejo de pensar en mí

lunes, 27 de julio de 2009

A veces otro

A veces me siento bien
Y construyo aviones de arroz
Cuando termino de sorber la sopa

A veces me siento normal
Y persigo apretado a una persona
Cuando salgo a trabajar

A veces me siento seguro
Y me arropo girando al lado izquierdo
Cuando termino de hablar con mi otro yo

A veces me siento triste
Y escucho los gritos de un sordo
Cuando Beethoven me sugiere que me calle

A veces me siento solo
Y hurgo en mis bolsillos unas monedas
Cuando converso con quien duerme en el puente

A veces me siento muerto
Y canto el ave maría en susurros
Cuando en mis sueños el mundo colapsa nostálgico

A veces me siento vivo
Y sonrío vagamente pensando en lo bueno
Cuando me miro al espejo y descubro

Que a veces soy yo
Y sólo a veces otro

Buena Noche Vivaldi

Es Vivaldi quién me habla
Y hasta mis zapatos lo escuchan
Se mueven al son de sus frases
Mientras la ropa espera los silencios
Para acomodarse juntas de improvisto
Y de repente se levantan

Caminan evocando sirios verdes
Otras, ropas, trazas dibujos en mis paredes
No las de mi cuarto
Las de mi mente
Y entonces le pregunto a Vivaldi
¿Es este el valor del tiempo?
¿es así como debo vivir mis noches?
...interminables
...lentas
...muy lentas...
Él sólo me mira
Y danza con las ropas que dibujan números pares en la pared

Miro el reloj junto a los libros en espera
No ha pasado el tiempo
Y ya escuché a Vivaldi
!Hasta bailó con mis ropas!

Entonces será una noche larga
Y será mejor dormir
Al menos me pierdo en la inexistencia del tiempo
Y si vuelvo a ver a Vivaldi bailar con mis ropas
Culparé la cena o la tv
Será una pesadilla
Y dejaré de pensar que estoy loco

Buena noche lector
Buena noche Vivaldi

viernes, 24 de julio de 2009

La máquina del tiempo

Seguramente la física no lo creerá
Y más si supiese que alguien como yo lo descubrió
Pero es que no fue planeado
Ni las razones aún las entiendo
Sentir es la única prueba que tengo

Fue la mañana de Julio ¿o la noche?
Ya lo confundo
Un día igual a los del olvido de la rutina
Era Verano y cumplía mi ritual
Vivir

Yo acaso ni estudioso seré
Quizá solo las letras a veces me acompañan
Sólo a veces
Cuando las logro organizar
Y ese día por suerte se escondieron
En las faldas del viento lleno de colores

Y fue allí cuando me pregunté
Si era el tiempo una ilusión anhelada
Si era el tiempo el mismo rencor del ayer
O del olvido
O de la muete
O quizá una esperanza
...una sentencia

Y es que el tiempo a la verdad no existe
Porque el pasado ha dejado de ser tiempo
Y el futuro no ha logrado serlo
Y el presente... el presente no lo es
El presente es sólo el ombligo del tiempo

Divague entonces unas horas
Y un olor a nube me recordó la tarde de aquella mañana
¿O noche? vuelvo a confundirme
Y pasaste tú
...llegaste

Un encuentro fraterno quizá a punto del big-bang
Y era la tarde sobre la silla del lugar
Mi mente distraída por tus cabellos caer
...sobre la piel del hombro
descubierto
Las líneas perfectas de tus cejas
Como trazados del idioma mandarín o árabe
Y tu luz parpadear
En tonos de destello y olores de jazmín

El viento entonces ya menguado me habló
Como voces nórdicas o lenguas proféticas y lloró
Envidioso de ser ignorado su cuerpo y sonido
Ella me miraba sólo a mí y él lo sabía

Más tarde llovió
Eran lágrimas de soledad
Luego de nostalgia
Sabía que el viento colaboró con el tiempo
Y así como dejó de existir para mí por un instante
Murió
El viento en ella
Y el tiempo en mí

Me encontré viajando en la máquina del tiempo
Ni vértigo
Ni susto
Sólo un fantástico revolver de mezclas
Integradas por sabores
...olores
...formas y pasiones

Quizá por eso no recuerdo si era mañana o noche
Quizá por eso el tiempo no estaba
Quizá también por eso el viento lloró

También quizá por eso la física no lo comprenda
Es imposible viajar en el tiempo
...y menos si la máquina es tu boca
Tus labios
...y menos si se activa al besarnos

Pero ¿y qué más da?
Sentir es la única prueba que tengo
La próxima vez traeré el sudario de Jesús
O la oreja de Van Gogh
Y aún así
La física no lo comprenderá
A menos que intente besarte
...y en ese caso
La máquina se destruirá

martes, 21 de julio de 2009

Desperté... Era el fin del mundo

Yo lo sabía antes de dormir
las calles vacías y con ecos deslumbrantes de ausencia
las gentes en sus moradas temerosos del amanecer
...y yo, en mi ventana, sabía que iba a ocurrir

Entonces preparé café y puse la tv enmudecida
Vacié mis cajas de libros viejos aglutinados por el polvo de los años
Y los contemplé durante unas horas
Por momentos iba al baño y mojaba mis parpados de agua tibia
Los rostros de mujeres, niños y hombres reflejados en el espejo
Me anunciaban el suspiro del universo
Que en unas gotas de dolor, terminarían con punto final esta historia
...y me pregunté entonces si las tortugas sobrevivirían
...y si las aves morirían volando
Aluciné con esa muerte sobre el océano
Sintiendo el viento en mi cuerpo desnudo
...y luego tomé mis pastillas para dormir

Escribí una carta con la esperanza de quizá lograr un encuentro futuro
con un ser de otro mundo
o de este mismo
que sobreviva
o que haya vuelto a nacer

...y confesé mis sinceros pleitos internos
...y mis disgustos matutinos
Puse en la carta una petición
Una advertencia
Pedí que el día 12 de agosto del año 2012 a la madrugada
se abrazaran fuerte en familias y cantaran himnos de alabanza

La noche se hizo entonces turbia
Y me envolvío en una manta gris que acaloraba mis pensamientos
Hasta cegarme por completo

Así que no pude ver el fin
Lo escuché en mi habitación
casi como el soplo del viento en abril
o el pasar de una página de un libro de Cervantes

Y despierto de mañana
Es el fin del mundo
Y yo aún sígo aquí

Entonces leo 2666 de Bolaño
...y espero que mañana el fin logre acordarse de mí

domingo, 19 de julio de 2009

Sentimiento Domado

Lo decubrí en la selva de mis imaginaciones
Su cuerpo era dócil, ágil, ligero
Su piel tersa y fuerte
Fue la mañana cuando te vi
Un día ocho de un mes siete
Aquel despertó, como si de un profundo sueño se tratase
Salvaje en su mirada y sus furtivos movimientos

Fuiste tú quién lo acarició en primerazo primaveral
Construí las finas telas de su hogar en mi alma
La morada de tu compañía y la de él
Que también era mía llegada la noche

Agreste se crió bajo las olas de tu voz
Las líneas verdes-violetas de tus dichos
Las oscilaciones rectangulares de tus olores capilares
Y las devastadoras líneas color ocre
Demarcadas por el sonido de tu respiración

Salvaje creció aquel sentimiento
Con libertad inmesurable
Eterna e infinita sensación extasiada de furor
Sin límite
Sin cadenas olgadas como crustáceos en mar de cocineros
Sin horarios festejados de rutina y esclavitud
Libre
Acaecido por las nubes del cielo gritón
Anunciando el salvaje diluvio de sentimiento por vos

Incontenible
Increiblemente universal
Ni las musas de Picasso
Ni las mujeres de Beethoven
Ni las novias de Don Juan
Ni las ninfas de Fiesole

Ninguna logrará sentir el suplicio de éste sentimiento
Ninguna sólo vos
Aunque ya domado por la incertidumbre de aquel miedo
Controlado por las rutas de esa intensa y fría realidad
No por cruel
Sino por orden
Por lentitud pasiva y espiritual
Y me exijo controlado el Sentimiento Domado

Que a veces fuerte y agresivo
Surge en versos de poesía aritmética
Los olores, las caricias, los rastros de tu piel
Sumergido en la espesa vegetación de la selva de tu silencio
Que muy pronto estallará
Y seremos libres otra vez
Salvajes
Sin cadenas
Sin permisos
Sin tiempo ni espacio
Solo atentos a las nubes del amor

Mientras tanto
Aún domado
Ese calla en la jaula del contínuo aparentar
Del que siempre tú y yo
Seremos transeúntes salvajes

El Viaje

El tiempo anuncia detenerse
Hacer la pausa inocente de la tarde
Acompañada de suspiros vagos intermitentes
y la nostalgia profunda en tristeza que me agobia

¿Tan poco ha durado?
Volver es un imperativo cristalino
Desorden de ropas y maletas en la cama
Y mi pensamiento en ti
Fundido
Acorralado en la copa del helado de vainilla
Sin la cereza roja de ilusión
Son solo los silencios de nuestro gusto que comunican
La negligente idea de partir

Viajar lejos de esta insuperable ficción
Lejos de tu cuello blanco con delicioso aroma
Lejos del calor de tus manos
Lejos del brillo de tus ojos misteriosos
Lejos del beso en la noche por tus labios delicados y tibios

Lejos de la plaza de tus antojos
Lejos de las bromas de tus picardías
Lejos de las caminatas bajo el sol de verano

Viajar entonces ha quedado en los verbos que odio
Y también que amo
Viajar es irme y regresar
Viajar es la ausencia y la desdicha
Pero lo sé
Viajar es también una esperanza
Un quizá volverte a ver

Viajar es saber que me extrañarás
Y la alegría de un fuerte abrazo al verme regresar

lunes, 13 de julio de 2009

En la furia de la calma

Es la calma quien me mira
A lo lejos los caballos
La llanura en fundidos naranjas
El sol pleno sumerge su espesura en la esquina de la montaña
Y detrás en el valle
La niebla
Que se filtra en la piel de las piedras húmedas

Es la calma quien me mira
A lo lejos las olas frías de la costa en Portugal
El viento frena en la torre del honor y acaricia otra espiga
Las ovejas estáticas esperando su pastor
Apacibles
Rezagadas
Y el arrollo las espía en las faldas de la montaña

Es la calma y parpadea
La ruptura de las hojas en el lago
El eco del chillido tenue en la cueva de las águilas
Pasos de inmensidad en las botas embarradas de aquel
Su sombrero
Su piel caramelo en color
Y suspira

Es la calma de la furia
Es mi calma
Es mi furia
Es donde sueño estar

Y es la calma quien me mira
Esperando enjuagar mis lágrimas
Mientras dice en susurro
Con sus brazos de jazmín
Otros verdes en la hierba
Vuelve pronto
Estaré aquí

domingo, 12 de julio de 2009

Polisémico

Orugas en la brisa de Julio
Busco en el diccionario tu nombre
Trapos fúnebres encuentro
Paso la hoja de esqueletos
Los riego al sol del jardín Eterno

Niños inmigrantes de la guerra
Tras la pelota de retazos del mantel
Es la t.v quien intenta explicarme
Si el olvido de tus nombres es ahora interno
O si me invento a la luna jugando parqués

Y quisiera ya morir tragado
Masticado
Vomitado
Por las finas cuencas del ayer
Antes de verte
Antes de Todo
Antes siquiera de pensar en un bien

No es la máquina del tiempo de tus besos
La que anhelo arrebatar
Es la del borrador de mi memoria
Que te aleje
Que me saque
Que me obligue
Que me mate
Que no existas tú

Sólo un día antes retroceder
Un día antes de verte
Un día antes de hablarte
Un día antes de conocerte
Un día antes
Para no atreverme a creer

Quizá entonces las orugas de Julio
No serían esqueletos nauseabundos
Ni tampoco mil recuerdos de tu voz

Poema Muerto

Agonizo pálido entre las sábanas
Copas con Ginebra de sobras iluminadas
El sol a media tarde habla terso
Es mi habitación vacía
Alguien golpea

Guardo silencio
Contengo la respiración
El sonido de la puerta insiste lerdo
Dos golpes secos retumban los orzuelos del espejo
Moribundo el corazón sobre la mano izquierda
…aún palpita
…suena
…grita
Son gemidos de temor
En la angustia segundos más y muere

Gira la perilla delicadamente
Me escondo tras la penumbra maquillada
Ella viste de listones marrones agigantados
a la punta de su boca un felino gris
Me sonríe bifurcado sus ideas
Es la muerte que me ronda
Yo la vi
…en las calles de la plaza de Botero
…en las rutas del estiércol azulado
…en las noches del invierno en Madrid

Sentémonos
¿Quiere vino?
Moribundo yo sentado
Le contemplo su mirada
El perfil inescrutable proyectando el dolor
No quiero vino
Ni a usted tampoco lo necesito
Dice ella aglutinando su garganta de mugre y chocolate blanco

Adelanta sus pasos
Sienta sus nalgas prominentes en hedor
Al colchón pulgoso que me aguarda
Junto a mí
Me señala el pedazo de carne
Que minutos atrás dejo de salpicar dolor
Ira
Olvido

Entonces se lo entrego
No moribundo
Muerto

Lo pone en una bolsa de figuras circulares
Sale de la habitación
La penumbra regresa sin maquillaje
Tomo el arma en mi mano y disparo
El sol a media tarde
Ilumina los silencios
Mi cuerpo yace sobre el colchón

jueves, 9 de julio de 2009

Es cierto

Es cierto que me afano
y jirafas grandes fritas sobre la mesa
Es cierto que me antojo
y trofeos desnudos en la bañera
Es cierto que no puedo
y las hojas tocan el suelo de algodón
Fundiendo la mirada de tus suspiros
Con la llama de mi respiración

Es cierto San Juan vistió de Fe el Verbo
y el Génesis de luz el universo

Es cierto ya el invierno se olvida
Y la voz del que calla se pronunció
A los tiempos del pasado no se juega
El tren no
El carro y el afán es cierto
Ya son mismos los restos y el montón

Pero es cierto
Que hoy
Decidido me remito a tu amor
En tu vientre
Que provee de fuerza interna
Luz divina de conciencia

Es así como acepto
Y repito que es cierto
Eres tú quien yo espero

Flipado

Busco en tu piel el olor de mi pasión
Las ansias del querer abrigarte en gratitud
Afuera, la lluvia adorna aquel viento amarillo
Mientras las voces entonadas a coro perseveran en amarnos
Y es entonces cuando sueño inocente
A la idea de morirme entre tus brazos
No sin antes atreverme a rosarte
Aquellos labios de aguas dulces refrescantes

Y te tiento con mis impulsivos fragmentos
De intensa y figurada contemplación
Solo miro
A tus ojos
Que son míos
Como dardos que se clavan en la espesa realidad
La presenta que sorprende a las ansias y el olor
No es mi búsqueda ya la intérprete
Es tu boca que responde de improvisto
A mis manos el temblor llegó

Y las lunas y las sombras y el dolor
De la noche enloquecida usurpando la humedad
Es inútil a mi alma obstinada en estopor
Pues tu boca es ahora mía de verdad

Yo lo sé
Yo lo sé
Yo lo sé

Hace frío
Se hace tarde
Y no importa
Si te beso
Ya el tiempo vago
Inexistente
Yuxtapone mi profunda ilusión

Y termina

Y sonríes

Y es cierto

En un beso he logrado percibir amor

domingo, 5 de julio de 2009

Un Anillo

Y músicas espirituales abrigan mis lágrimas
Tras la ausencia tardía de tus amores
Músicas que parten mi alma
La fragmentan en posibles colores
Y recrean brisas como olajes
Sólo con verte
Y saber que estás aquí

Juventud fugitiva de incertidumbre sagaz
La mirada que logré cautivar de tus pupilas
A respuestas de locuras mías
Dónde
Cuando
Y cómo
Supiste llegar
A mis brazos matutina la caricia
Y te veo, te perciben mis angustias
Y se alejan, se destruyen en la calma de tu amor

Victorioso
Enaltecido ha sonreído desde allí
El violín de mis sueños junto a ti
En la magia del futuro imaginado
No ilusión ya
Verdad

Y sonrío entonces desde aquí
A lo lejos el claro de tus ojos
Bendecidos
Hacen señas en sentido del dormir
A tus brazos
En tu sol
En la tierra de tus besos
La jungla de tu voz

Y no pasa
Sí perdura
El anillo en tus manos lo contó

Engaño Otoñal

A placeres inhóspitos me llaman
las tibias higueras en la tarde
que envisten los dolores de mi olvido
pausados rostros añejos al ayer

Guillotinas redondas y robustas
girasoles violentos usurpados
del recuerdo
las historias
los pecados y el perdón

Sólo otoño ha osado
amoroso ocultarme sin piedad
que la vida no ha parado en mis ojos
y la esencia de la muerte llegará

Y pudiera entonces abatirme
el encuentro de las hojas sin final
que son mías
puras lágrimas
que en un tiempo
quizá eterno
yo pudiera escaparme
de tú engaño otoñal

viernes, 3 de julio de 2009

Lloverá de placer el cielo

Voyeristas al espiarnos escondidos
esos de largas batas blancas y destellos
irrigados fantasmales los deseos
que se muerden en sus labios aún virgenes

Pasados de la hora de llegada
fugitivos en las calles hoy se encuentran
y preguntan las falacias del amor nocturno
a las ciertas esperanzas de la tregua

Y es entonces en la noche del deseo
de los besos, las palabras y la cena
al abrigo de los cuerpos en penumbra
!la ventana que se abre con esmero!

Son espías de los cielos trasnochados
curoseando el amor enceguecido del momento
yo me visto y les pregunto afanado
¿no es acaso este el mismo cielo?

Cenar

He sabido callar
largas huídas hacia la estratósfera
alucinando con delfines amarillos
el atún desapareció en la cuchara
cuando sólo escuchaba
las estupideces de sus bocas

Jirafas llegaron esquiando
en los montes de mi viaje
ya sin atún el plato liso
mi rostro de ira reflejado
y callo
me atraganto la explosión gratinada
del queso podrido rencoroso
que se añeja y recuerda
cuando callo a las sombras muertas
esas
aquellas
todas
las que caminan
sirven y ríen de orificios ineptos
en sus cerebros nauseabundos
plasmados de ignorancia ancestral

Y se han ido entonces todos
recupero el silencio de mis pensamientos
y la pausa para el postre
me atormenta
mañana será igual
otra cena sapiencial
entonces escojo
ayer andromeda
hoy vía láctea
mañana quizá Plutón
y callo otra vez
me olvido de mí y ellos
vivirán tranquilos saciados de mi silencio

lunes, 29 de junio de 2009

Después de la Guerra

Tigres bajo la nieve jugando ajedrez
jurándose comprar el último cd de Jackson
acabado el tiempo se han marchado
sin prisa a sus Cine Clubes acorazados

Y la muerte les ronda juguetona
A cantos matutinos se ha unido
Festejando el olvido de las ropas
De las lluvias del placer mezquino

Paraíso glaciar de árboles desnudos
el blanco abarrotando las calles húmedas
de lo que antes fue una tierra
un país
una ciudad
quizá la mía u otra lejana

Y los tigres juegan ajedrez
ha sido el único recuerdo de los hombres
ya exterminados por su propia ira en una guerra
Y las últimas noticias de la fama
se quiebran en las plazas desoladas
nostálgicas y frías

Como la nieve que acompaña las pisadas
gigantescas y hambrientas
de los tigres
que antes fueron hombres
yendo tras las pisadas de los restos
de la guerra
de la carne del dolor

Y entonarán cantos de resignación
luego morirán por el hambre
si no habrá más guerra
no con restos
no habrá hombres
y la nieve brillará en soledad
hacia el profundo cielo negro

Nadie y todos mueren

Todos callan y yo también
frente al abismo del sistema
emergido cual avestruz de la tierra
sobre el suelo despavorida

Nadie habla y yo también
orgulloso odio el mandar
el necesitar destruir
kilómetros de rostros muertos

Nadie y todos mueren
yo también
porque él, que camina...
que se aleja de su tierra
alterando su futuro incierto y quebrado
también soy yo
soy un pueblo
una hoja
un jazmín
un dolor
un gemir

Nadie entonces atiende
ni a suplicios vagos de los mismos
inadvertidos agonizan
frente al capitolio
a la tv
a la prensa
al semáforo
a mi espejo

Y ¿a quién le importa?
A nadie y a todos
ni a mí tampoco
¿acaso fuera yo la solución?
si nadie y todos mueren
podré yo si quiera preguntar
¿dónde está la salvación?

sábado, 27 de junio de 2009

Mi Nada

Y así entonces sonreí
sin vanidad elocuente
ni tazas de café intelectuales
bastó la mirada perdida
y la simple sensación de la nada

Comunes zapatos sobre el asfalto
coreografías atemporales citadinas
y mi sonrisa perdura
se extiende
en sosiego y esperanza
contempla por la ventana la nada
del todo
y de mí

Y surgió de mi nada una mosca
quizá señal de los dioses
de astros y predicciones
como diosa o fénix de mi Olimpo
de la nada y del todo

positivo
espero
que aquel momento pueda ser real
que la pausa que ha hecho mi nada
retome y siga su curso natural
el del todo
no el mío
el de mi nada

viernes, 26 de junio de 2009

No sólo tus ojos

Y cuando me miras desde la ventana
al otro lado de la calle
es la magia de tus ojos
la que advierto
cuando sin hablar me dices al directo
Que me esperas y que callas en silencio
las palabras que tus ojos tragan
y proyectan a mi oído en susurro
de amoríos
de aventuras
de locuras
y de fortuitos encuentros

Y parpadeas sin afán cuando
aquel tiempo mísero que robo de mi cama
se prolonga en destellos nocturnos
arraigados a los postes de luz intermitentes
que espían el lenguaje de tus ojos
y el de mis nervios
que añoran casi en imploración
no sólo tus ojos
sino tus labios por un beso

Otra Noche más

Más, otra noche más
eterna y grisácea de murmullos míos
voces de pensamientos obstruidos
triangulares y ovíparos
primerizos sin afán

Más, otra noche mía sucia
distorsionada por la jungla de mi tedio
entre olores amarillos y retazos de sabor
amargo, picante, dañino, insípido
ya dormido que los veo conversar

Más, otra noche, más
el teclado espera completar en letras
las ideas que vienen urgidas
se detienen al razonar
y se re-inventan por él
ese

Aquel, quién a esta hora de la noche
me habla, quizá, seguramente
de mí, de él

Yo

Otra noche más
engañándome al pensar
que hablo dormido
cuando es él, quién otra noche más
me agobia lentamente ejercitando
islotes de olvidos
hundidos de improvisto
a la laguna hidráulica
de mi despertar

martes, 23 de junio de 2009

Error mío

Y de nuevo soy yo quién sugiere
las palabras aquellas que tanto temo
y por las que he olvidado cantar

Como si nocturnas olas alteraran mi ego
busco la premisa perfecta para contar
bajo una maraña de redes una historia
que no es la mía
sino futura
ilusión
imaginería fluctuante
la que quisiera vivir a tu lado

Y es entonces cuando a tus ojos
aquella figurativa
pintoresca
y sapiencial historia
se queda en tan solo una experiencia fugaz
como si de un pensamiento hundido se tratase
para luego callar en la faz del suelo
dónde ha quedado mi ego
que se retuerce en soledad pausada
mientras me ofendo
a mí
y de nostalgia lleno
el profundo deseo moribundo
de vivir
de amar
de despertar junto a ti

domingo, 21 de junio de 2009

Sabiendo que eres tú

Y yo sabiendo que eras tú
Cuando en recitales de canciones me fundías
y despertaba en tus sueños
apacibles
urgidos de afán por mí al amarme en pleno

Y yo sabiendo que eres tú
Potente alma intercesora y lúcida
incansable
cuando por mí velabas en la noche fría de aquel lugar

Y yo sabiendo que serás tú
Cuando en pocos minutos arribes al hospital
en aquella ambulancia que no he logrado ver
con esa intermitente luz
que quizá suene al recorrer la ciudad
mientras yo despojado de mi ira espero

Y sabiendo que eres tú no me detengo
no logro sosiego ni al olvidar
ni al querer dormir

Porque sabiendo que eres tú
Mamá
mi alma estremece de dolor y se quiebra
aglutinada de impotentes acciones lerdas
mientras espero

Mientras la Fe inesperada de mí surge
y se aferra a que tu alma
aún viva un poco más

lunes, 15 de junio de 2009

Juliana

Y quisiera no haberlo vivido
quizá entonces pudiera sonreír naturalmente
dejar de caminar buscando cuantas vacías luces
y respirar un tranquilo aire de olvido

Y desearía ojalá destruir aquella imagen
la de tus labios rojos casi al tono de tu pelo
saciar mi éxtasis con un rose solamente
y acaso no volvería a recordar su sonido frio
junto a mi mejilla
respirando
el aire de mis inútiles promesas
que aún quizá vagan por aquel bosque
dónde sólo yo espero

Y entristezco gradualmente al evocar
las malditas fuentes de mi amor
tus ojos
tus pensamientos
tu caminar
fuentes cerradas a la sequedad

Ni en invierno fluyen gotas amarillas
son ahora rojas
no es por tu pelo
ni por tus labios
por la agonía de mis deseos
que a pesar de creer olvidados
se activan al escuchar tu nombre
se levantan imponentes al recuerdo
y lo acorralan para ficcionar
construyen otro fin
otro tiempo
otro yo
otra tú

Y entonces despierto alterado por el ruido
ruido de mi alma a estallar
ruido de mi furia encriptada en estas letras
cuando al parecer te alejas con otro
y yo
prefiero ficcionar el recuerdo ido
antes de aceptar que has sido tú quien se ha marchado

Juegos no inocentes

Es gracioso jurar que te amaré
más gracioso pensar que no lo haré
suficiente tiempo mintiendo
a las razones que me alertan a frenar
Detenerme, mientras inútil al teléfono mi voz
Esperarte, cuando en pesadumbre desconfío
de las reglas
las instrucciones
del juego
de ti

Es gracioso mirar que perdí
más gracioso contar que me ganaste
al engaño el juego, jugó
A vivir de distorsiones planificadas
A frenar antes de llegar
a tentarme
a joderme
A matarme
jugaste

Y entonces me arriesgué
jugué también
a la fiel imagen del amor
a la incesante extrañez de tu olor
y te sigo
¿acaso no es igual?
Jugar o no
la mentira necesaria
difícilmente será verdad

domingo, 14 de junio de 2009

Acostumbrado

Cual juglar pálido bonachón
meditabundo en conformidad plural
tres desiertos arrastró
el juglar y mi alma
también pálida y conforme sin tu voz

Rezos geométricos de rosarios temblando
y de cansancio
y de sed
y de odio
y de amor también
invocaciones abrigadas de sal
encubiertas en los rostros
iguales a los de mi espejo
¿o espejismo?
funestos
resignados
y refrescantes al tanto que los bebo
me los trago
los mastico
¿qué mas da?
Si al desierto de mi angustia no vendrás
si te has acostumbrado
y yo también
Vivo entonces resignado
sos mi amiga
y nunca dejará de ser

Sé que pertenezco

Nuevas incontables noches a la deriva y no en el mar
en la ciudad
pueblos y gentes dormitando al caminar sin objeto
sin miedo
sin verdad
yo acaso no lo hago
he olvidado preguntar

Nuevas integradas tardes a la deriva en la calle
semáforos, zapatos, corbatas, mentiras y más afán
no hay ocasos, el sol le huye a la imponente realidad
de ladrillo, granito, cemento y pavimento
de maletas, oficios, dinero y lamento

Ya la noche, no he resuelto preguntar
Poco a poco, frágil, es la puerta a vislumbrar
la salida entonces si pensara en la ciudad
aquel bosque que contemplo
al que busco
dónde llego
sin estar
a los verdes fríos,
grises bienaventurados
el lugar

Viejas incontables, integradas, noches y tardes
que conozco
aún nostálgico anhelo
sé que pertenezco
a ese bosque inmenso de músicas tranquilas
silencios acalorados
cursivas elocuentes y preguntas
osado entonces a formular

Ando en la niebla y las ramas y la humedad
sé que pertenezco
odio la ciudad.

Inalcanzable

Luego de germinar apareces
primerizo sin afán
a lo lejos nacen y mueren los hombres
complacido no lo sabes, sólo tragas la luz solar
y creces pocos centímetros a distancia del suelo
y desconocido duermes en los Montes Urales
primerizo sin afán

Haz desafiado la gravedad, escultura viviente
en movimiento perpetuo provisto por el viento
y la luz
inalcanzable
proveedora de alimento, vida
primerizo sin afán
sin prisa
paciente
follaje y tronco
dirigida al cielo predecible fragilidad
a la luz eterna que yace como savia
letargo enmudecido que ve la vida pasar
eres o no
primerizo sin afán

sábado, 13 de junio de 2009

Preferiría no hacerlo.

Es verdad, pero preferiría no hacerlo.
Es verdad que la extraño.
Es verdad que la pienso.
Es verdad que la quiero.
Es verdad que soy suyo... que no quiero serlo.
Que preferiría no hacerlo.

Es sólo la verdad mía, la que inunda de sudor el brillo
dueño de estos ojos atrofiados por su ausencia
cuál fantasma acompasado a la sombra inexistente
evocada por la ira de mi nostalgia
cuando preferiría no hacerlo, no verla
Es verdad que la imagino.
Es verdad que la palpo en mi cabeza.
Es verdad que la recuerdo y la vivo.
Pero preferiría no hacerlo.

Y no es sólo la verdad mía cuando ni cierto es
quién sabe qué imaginerías entonces vendrán
al cansarme entonces de proyectar su olor, mirada
ya hoy confusa
difusa
mezclada
deforme
asida de rostros ajenos, fugaces,
insertos
de otros
ojos, labios, cabellos, olores, miradas,
pero preferiría no hacerlo.
Es verdad, me engaño alucinándote.
Pero preferiría no hacerlo.
Preferiría olvidarte.

domingo, 31 de mayo de 2009

La noche y las letras.

No son las que escribo.
No son las que escucho.
No son las que leo.
Son las que recuerdo,
¿o las que olvido?
¿o sólo lo intento?
Son las que me pierden,
en la borrosa margen del cuaderno,
el cuaderno de mi memoria,
dónde escribí un día su olor,
su tono de voz, y su respiración.
Es la noche y las letras,
La noche de su ausencia,
las letras de su nombre,
Es la noche y la letra.
inexistente, curva y silenciosa, la noche.
Nostálgica y desmembrada, la letra.
La letra de mi sueño junto a ella,
Que yace sin sentido, en el cuaderno.
El cuaderno de mi infancia y de mi amor primero.
La letra y las noches, las noches que espero,
taciturno, las vocales de su amor.

domingo, 3 de mayo de 2009

A (H1 N1)

Aquella fiebre tormentosa y sudorosa
maquiavélica y dúctil al dolor
no provenía de los cerdos, ni del aire,
ni de la respiración...
Había llegado por un beso...
el beso apacible de tu adiós
el beso incanzable de tú corazón y del mío,
que apesar de conocer la causa, razón y consecuencia
no cesaban de huir tras la pasión.