martes, 21 de julio de 2009

Desperté... Era el fin del mundo

Yo lo sabía antes de dormir
las calles vacías y con ecos deslumbrantes de ausencia
las gentes en sus moradas temerosos del amanecer
...y yo, en mi ventana, sabía que iba a ocurrir

Entonces preparé café y puse la tv enmudecida
Vacié mis cajas de libros viejos aglutinados por el polvo de los años
Y los contemplé durante unas horas
Por momentos iba al baño y mojaba mis parpados de agua tibia
Los rostros de mujeres, niños y hombres reflejados en el espejo
Me anunciaban el suspiro del universo
Que en unas gotas de dolor, terminarían con punto final esta historia
...y me pregunté entonces si las tortugas sobrevivirían
...y si las aves morirían volando
Aluciné con esa muerte sobre el océano
Sintiendo el viento en mi cuerpo desnudo
...y luego tomé mis pastillas para dormir

Escribí una carta con la esperanza de quizá lograr un encuentro futuro
con un ser de otro mundo
o de este mismo
que sobreviva
o que haya vuelto a nacer

...y confesé mis sinceros pleitos internos
...y mis disgustos matutinos
Puse en la carta una petición
Una advertencia
Pedí que el día 12 de agosto del año 2012 a la madrugada
se abrazaran fuerte en familias y cantaran himnos de alabanza

La noche se hizo entonces turbia
Y me envolvío en una manta gris que acaloraba mis pensamientos
Hasta cegarme por completo

Así que no pude ver el fin
Lo escuché en mi habitación
casi como el soplo del viento en abril
o el pasar de una página de un libro de Cervantes

Y despierto de mañana
Es el fin del mundo
Y yo aún sígo aquí

Entonces leo 2666 de Bolaño
...y espero que mañana el fin logre acordarse de mí

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