sábado, 24 de octubre de 2009

El último hombre vivo

Bien se ha dicho durante el olvido de mis días en la tierra, que los muertos no han cesado de llorar, acariciando imágenes posibles, en televisores destruidos por la poca luz que existe aún en este lugar. Camino entonces, gritando ecos de lamento y nostalgia, cuando piso los futuros nombres del dolor, y me convierto en otro ser, que vuela hasta la cima de la montaña de basura, donde el último hombre que vive, me espera taciturno, y clama llegar al paraíso, después de mi visita.

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