A ella, la que sólo lee
le dejo mis angustias
Cuando las pongo en las brisas de Agosto
y vuelan lúcidas en festejos de palabras
A ella, la que sólo lee
Le dejo mis sinceras fobias
Cuando las pongo en las Montañas de los Andes
y trazan los caminos de mis escapismos fantasmales
A ella, también
Le dejo mis delirios moribundos
Cuando se esconden tras las excusas de las letras
y asesinan los diálogos normales de personas simples
A ella, la que sólo lee
Le quedan mis silencios
Los enigmas sin repetición
Las furias bautizadas por olvidos
Le quedan entonces las fugaces reflexiones vanas
De una vida que se aleja y escribe ciegamente
Entregando todo lo no perteneciente
antes del naufragio colectivo
de las mentes de los hombres en la idea del futuro
A ella, éstas letras
Y las otras que vendrán
mientras la barca continúe engañada
simulando navegar
viernes, 7 de agosto de 2009
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Gracias, enhorabuena.