Nuevas incontables noches a la deriva y no en el mar
en la ciudad
pueblos y gentes dormitando al caminar sin objeto
sin miedo
sin verdad
yo acaso no lo hago
he olvidado preguntar
Nuevas integradas tardes a la deriva en la calle
semáforos, zapatos, corbatas, mentiras y más afán
no hay ocasos, el sol le huye a la imponente realidad
de ladrillo, granito, cemento y pavimento
de maletas, oficios, dinero y lamento
Ya la noche, no he resuelto preguntar
Poco a poco, frágil, es la puerta a vislumbrar
la salida entonces si pensara en la ciudad
aquel bosque que contemplo
al que busco
dónde llego
sin estar
a los verdes fríos,
grises bienaventurados
el lugar
Viejas incontables, integradas, noches y tardes
que conozco
aún nostálgico anhelo
sé que pertenezco
a ese bosque inmenso de músicas tranquilas
silencios acalorados
cursivas elocuentes y preguntas
osado entonces a formular
Ando en la niebla y las ramas y la humedad
sé que pertenezco
odio la ciudad.
domingo, 14 de junio de 2009
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yo tambien me siento extraño en esta ciudad parcero jejejejje
ResponderEliminarla variedad, al no ser de una misma perspectiva, aporta diferentes conceptos, que chevere manu, un saludo.
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