viernes, 18 de diciembre de 2009

Partida

Salí a la mañana de un día tenue

Moribundo busqué un lugar para reposar

Alcancé la calle y un árbol desnudo

Destrozado por la lluvia en el verano que olvidé



Y dormí cuatro noches y dos días y unas horas

Antes de iniciar el rito de partir

Y conjurar pinceles de trazos aguados y letras

Del cuadro aquel abandonado en la esquina de mi afán


Parecía llover cuando a la tarde

La luz escaseaba, desconcertada

Y el brillo de otro ojo también mío

Fluctuaba entre la pena y la nostalgia


Entonces retrasados los vagones de la ausencia

Arribaron en el tren frente al ocaso

Y no era lluvia, lo que mojaba, lo que tañía

Era mi espera, era silencio, para jamás regresar

1 comentario:

Gracias, enhorabuena.